Gustavo y Francia, esperanza de Colombia y consolidación del progresismo en Latinoamérica.
Opinión de Edward Ramirez.
Gustavo Petro se convirtió este domingo en el primer presidente izquierdista en ganar unas elecciones presidenciales en Colombia, un giro histórico que coloca a este país suramericano en boca de todo el mundo.
Petro líder de izquierda que jugaba todo en su tercer intento por ocupar “La Casa de Nariño” logró una victoria de 700 mil votos sobre su contrincante, el empresario y populista Rodolfo Hernández, esta cifra se hace histórica por ser el porcentaje más alto con el cual un candidato presidencial haya ganado las elecciones en Colombia, a esto se suma el hecho de que por primera vez en más de 30 años un candidato fuera del sistema político tradicional se alza con la victoria.
Su carrera política refinada con el paso de los años como senador de la república y artífice del gran pacto histórico, le prepararon el escenario ideal para enfrentar a 7 candidatos de centroderecha en la primera vuelta y a todos estos en su contra en el certamen electoral del pasado domingo.
No hay dudas de que Petro logró convencer a las clases históricamente olvidadas en Colombia, la zona rural golpeada por años de promesas incumplidas, el alto costo de la vida y la violencia por el conflicto armado; sin contar con la explotación masiva de los recursos naturales de Colombia o el desplazamiento de los campesinos para tomar tierras reclamadas por empresarios y apoyadas por los sectores de poder.
Su contundente discurso en la defensa del Medio Ambiente y la producción local calaron hondo en el corazón del campesino obrero, los afrodescendientes, el joven estudiante sin oportunidades o la madre soltera que día a día salía a buscar el sustento de sus vástagos.
Ese contundente mensaje de esperanza y amor por la justicia social logró sellarse con la incorporación a su campaña de Francia Márquez; una mujer afrodescendiente que accidentalmente se inició en la política por la defensa de tierras reclamadas por empresarios que pretendían adueñarse de los terrenos en los que por décadas vivieron las familias negras de Colombia.
Francia encarna el sentimiento de resistencia, lucha y valentía de los pueblos rurales de Colombia, encarna las ganas de superación de la mujer campesina y sobre todo envía un poderoso mensaje de amor por los recursos naturales de este país. Este dúo, que recorrió día y noche cada pedacito de la patria que los vio nacer, impregnó un mensaje colectivo de resistencia, esperanza y alegría.
Algunos me preguntaron: ¿Qué hizo a Petro diferente en esta campaña? Para ser honestos, creo que todo, primero utilizo la palabra cambio, porque para los colombianos el significado de esta tiene una connotación especial relacionada el anhelo un gobierno con verdadera justicia social, siguiendo con el planteamiento menciona a principio de artículo el líder izquierdista entendió que la última era su vencida, aprendió que nadie elige un presidente de confrontación con todos los actores políticos, sino uno capaz de consensuar con sus contrarios.
Petro enfocó su discurso en necesidades básicas por las cuales todo colombiano siente preocupación y tercero combatió con altura las críticas hechas a la izquierda, siempre moderado pero enérgico, lleno de esperanza sus alrededores, logrando sumar así a todo los movimientos de izquierda colombianos.
¿Una Nueva Izquierda?
Sobre esta nueva Ola de presidentes de izquierda en nuestra América latina, puedo decir con total certeza que no es fortuita, es el resultado de verdaderas transformaciones sociales en nuestros países que, aunque algunas fueron manchadas por males endémicos del continente, dejó una huella imborrable en el corazón de generaciones.
Las obras de Lula, Chavez, Néstor y Cristina, Evo, Pepe, Fidel y Raúl, Correa y otros marcaron una nueva historia de conquista social, un camino hacia la igualdad de oportunidades en nuestros países y es justamente la nostalgia de esos buenos tiempos lo que da nacimiento a esta nueva ola de izquierdas en América Latina.
La consolidación de izquierdas en nuestra América rendirá sus frutos, vienen tiempos de reivindicación, conquistas sociales y la más grande unión de fuerzas progresistas que jamás se ha visto en nuestro continente.