Por el momento no se habían registrado muertes por los incendios en Francia y España, pero en Portugal falleció un piloto de avión contra incendios cuando su aeronave se estrelló el último viernes
Dos enormes fuegos que llevaban seis días calcinando pinares al sur de la ciudad de Burdeos, en el suroeste de Francia, han forzado la evacuación de unas 14.000 personas, incluidos muchos que pasaban sus vacaciones en zonas de acampada. SDIS 33/Handout via REUTERS
Los bomberos trataban el domingo de contener incendios forestales descontrolados en Francia y España, en medio de una ola de calor inusualmente extrema en Europa que las autoridades asociaron a un aumento del exceso de mortalidad.
Dos enormes fuegos que llevaban seis días calcinando pinares al sur de la ciudad de Burdeos, en el suroeste de Francia, han forzado la evacuación de unas 14.000 personas, incluidos muchos que pasaban sus vacaciones en zonas de acampada.
En España, los bomberos respaldados por las brigadas de la Unidad Militar de Emergencia intentaban extinguir unos 30 incendios forestales en distintos puntos del país. El Ministerio de Defensa dijo que “la mayoría” de sus aeronaves contra incendios habían sido desplegadas. Muchos de los fuegos estaban en terrenos escarpados de difícil acceso para los equipos de tierra.
Por el momento no se habían registrado muertes por los incendios en Francia y España. En Portugal falleció un piloto de avión contra incendios cuando su aeronave se estrelló el viernes.
Los bomberos luchaban el viernes sin cuartel contra las llamas en Francia y la península Ibérica, donde las sofocantes temperaturas no daban tregua, mientras el Reino Unido estaba en alerta roja ante el miedo de superar por primera vez los 40 ºC la próxima semana.
Pero con el aumento continuado de las temperaturas se dispararon las muertes asociadas al calor.
En España, la segunda ola de calor del verano mantuvo las máximas por encima de 40 grados Celsius (104 grados Fahrenheit) en muchos lugares. Según el Instituto Carlos III, que registra las muertes asociados al calor cada día, entre el 10 y 14 de julio se asociaron 237 muertes a las altas temperaturas. En comparación, en los cinco días previos se registraron 25 muertes relacionadas con el calor.
En Francia, el incendio en La Teste-de-Buch, cerca de la costa atlántica, obligó a 10.000 personas a desalojar sus casas. El gobierno regional de Gironde dijo el domingo que “la situación sigue siendo desfavorable” debido a las ráfagas de viento, que combinadas con un ambiente seco y cálido avivaron más las llamas durante la noche.
Un segundo incendio cerca de la localidad de Landiras, al sur de un valle de viñedos de Burdeos, obligó a las autoridades a evacuar a 4.100 personas esta semana, incluidos unos 1.900 el sábado. Las autoridades dijeron que un flanco se había controlado tras arrojar arena blanca durante un tramo de dos kilómetros (1,2 millas). Sin embargo, otro flanco seguía sin control.
Un helicóptero contiene un incendio durante la segunda ola de calor del año en la vecindad de Casas de Miravete, España. REUTERS/Isabel Infantes
Algunos de los fuegos más preocupantes en España se concentraban en las regiones occidentales de Extremadura y Castilla y León. El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, anunció la formación de un mando central para coordinar los esfuerzos contra el fuego en esas regiones.
Los bomberos no han podido detener un incendio iniciado cerca de la ciudad de Cáceres que amenaza el Parque Nacional de Monfragüe e impidió que 200 personas regresaran a sus hogares.
Otro fuego en el sur de España, cerca de Málaga, obligó a evacuar a otras 2.500 personas. Había más incendios, como los declarados cerca de la ciudad central de Ávila y en la región noroccidental de Galicia.
Hungría, Croacia y la isla griega de Creta también lucharon esta semana contra incendios forestales, al igual que Marruecos y California.
Desde Portugal hasta Grecia, los incendios se extendieron el jueves por el sur de Europa mientras una asfixiante ola de calor azotaba la Península Ibérica.
Las abrasadoras temperaturas se han extendido incluso hasta lugares tan septentrionales como Gran Bretaña, donde la agencia meteorológica emitió la primera “alerta roja” por calor extremo de su historia para el lunes y el martes, cuando las temperaturas en el sur de Inglaterra podrían alcanzar los 40 grados Celsius (104 Fahrenheit) por primera vez.
Seguía siendo una cifra relativamente soportable en comparación con los 47 grados Celsius (117 Fahrenheit) registrados el miércoles en Pinhao, una localidad en el norte de Portugal, que fijó un nuevo récord nacional.