Opinión

¡Un campanazo por la vida!

Aborto en Estados Unidos: la Corte Suprema deroga Roe vs. Wade y elimina el derecho constitucional a la interrupción del embarazo en todo el país.” BBC Mundo.

Con este titular la BBC Mundo reseñó la votación de la Corte Suprema de EE. UU. que proscribe el aborto a nivel de la nación. Ante el impacto de este hecho las voces se han alzado en una dirección y en otra reflejando la polarización de la sociedad norteamericana, la complejidad de este mundo y lo oscuro que es el momento que nos ha tocado vivir en el siglo de las luces, o más bien, el siglo donde se están apagando o quieren apagar todas las luces. Especialmente, aquellas que se encienden en favor de la vida en contraposición a aquellos que creen o actúan bajo el entendimiento que nacer es un delito no un privilegio de la naturaleza. Los que quieren apagar las luces son aquellos que son tan buenos que creen que la vida es mala. Al respecto la Biblia dice: “Ay de los que a lo malo dicen bueno, y a lo bueno malo; que hacen de la luz tinieblas, y de las tinieblas luz; ¡que ponen lo amargo por dulce, y lo dulce por amargo! Isaías 5:20

Las voces: El presidente Joe Biden criticó con dureza la sentencia, asegurando que se trata de «un trágico error de la Corte Suprema».

Su antecesor, Donald Trump, aseguró a la cadena Fox News que la sentencia «funcionará para todos» y que supone «recuperar unos derechos que deberían haberse otorgado hace mucho tiempo»

Preguntado por su influencia en el fallo al haber nombrado a tres jueces antiabortistas en la Corte Suprema, respondió que «Dios tomó la decisión.

Un hecho sorprendente, aunque en este mundo no debería sorprendernos nada, es que estos dos líderes han ejercido la misma posición como presidentes de la nación americana y sus puntos de vistas son diametrales en una misma generación, en una misma sociedad, en una misma circunstancia histórica en que vive Estados Unidos y el resto del mundo. En la posición de ellos se refleja por igual las posiciones de la sociedad norteamericana y muy posiblemente del mundo. “Cuando se atacan los fundamentos de la vida, la vida queda sin fundamentos.” Los enemigos de la vida, los apóstoles de la libertad que son tan libres que son esclavos de distorsiones morales queriéndonos esclavizar a todos, empujando este mundo que ellos llaman de la post verdad y la post modernidad, a que la norma universal sea vivir sin normas.

Desde nuestra perspectiva, la Corte Suprema ha dado un campanazo por la vida y eso hay que celebrarlo. La vida es un don de Dios y toda criatura concebida le asiste el derecho a nacer y a ser bienvenido a la tierra que ninguno de nosotros la creó. Si se detiene la natalidad se destruye el orden social y se muere la patria. Preguntémosle a la sociedad japonesa que está amenazada porque ha envejecido y no hay relevo generacional suficiente para mantener el ritmo del poder de su industria y de ahí el proceso acelerado de la mecanización y robotización de la fuerza de trabajo. Preguntémosle a China que con la política del hijo único se ha visto mermado su capital humano y por consiguiente amenazado su poderío como fábrica del mundo. preguntémosle a Europa y otros puntos del planeta que en muchos de sus países la población ha envejecido y los jóvenes no quieren asumir compromisos de familias y otros prefieren las relaciones con personas del mismo sexo para no reproducirse. Preguntémosle a la República Dominicana que lleva en la última década y media un ritmo descendente acelerado en el promedio de natalidad, cortando en 1.5 en la década, mientras que los partos de las haitianas en el territorio nacional cortan en 4.5 en una década. Lo que significa que a mediado del 30 tendremos más haitianos que dominicanos en el territorio Nacional. Y así, se complacen los defensores de la agenda liberal con base en la República Dominicana en promover el aborto para QUE NO NAZCAN DOMINICANOS Y TERMINEMOS EXPULSADOS DE NUESTRO TERRITORIO. Amables lectores: ¿No será que el mundo ha enloquecido, o está enloqueciendo? ¡La humanidad se está quedando sin humanos! Ante este escenario nacional e internacional hacemos firme nuestro compromiso con Dios, con la vida, con la familia, y con las garantías de vida desde la concepción hasta que la persona toma su último sorbo de oxígeno en la atmosfera terrenal. Vamos a seguir respaldando e impulsando legislaciones a favor de la vida y la familia y celebramos este campanazo por la vida  proclamando a toda la tierra  que nunca es tarde para comenzar de nuevo, para que una nación se rediseñe, y se relance, sino que, se nos puede  hacer tarde muy temprano si no comenzamos a hacer los cambios estructurales o si decidimos de forma temeraria asumir la indiferencia como norma y postergar para nunca nuestra responsabilidad histórica de transformar para bien nuestra sociedad y promover la ideología de la vida, del bien común y de la sana convivencia. ¡Digamos si a la vida, y protejámosla desde la concepción hasta el último sorbo de oxígeno de un adulto mayor!!

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